martes, junio 27, 2006


Seguimos aprendiendo de la sabiduría de Jorge Bucay...

En una de sus cartas para Claudia, Bucay reflexiona acerca de las diferencias entre lo que decimos y lo que queremos decir en realidad.




A veces, yo soy yo y mi lenguaje es mi
disfraz...





Suele suceder. Unas veces por cobardía, otras por confusión, la mayor parte de ellas por comodidad, callamos, hacemos preguntas en vez de afirmaciones o incluso transformamos nuestros pensamientos en expresiones que casi nunca se corresponden con ellos.



La sinceridad siempre es complicada. Pero... ¿de qué sirve una vida simple en la que pasar desapercibidos, sin que nadie nos conozca realmente tal y como somos: la parte buena de nuestra personalidad y la parte que pueda resultar molesta; nuestro yin y nuestro yang...? Aquellos, y sólo aquellos que conozcan ambas, y que aún así nos acepten, serán quienes puedan llegar a querernos de verdad. Y pasarán a formar parte de nosotros. De nuestra parte positiva. Y será para siempre...



Ahora sí.
Ahora soy yo.
Ven conmigo.
Mírame.
Tócame.
Escúchame...
Soy yo.
Es cierto. Ahora muchas más personas me rechazan.
Es cierto que muchas menos personas me quieren.
Pero, y aquí sí sirve el pero
cuando te encuentro a ti,
a ti
que me aceptas tal como soy...
¡Qué placer!
¿Te imaginas?
¡Qué placer!
¡No te disfraces para mí!
¡Lo que yo verdaderamente deseo es estar contigo!




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Aida veo que soy la primera en escribirte, pues nada decirte que solo nos queda un examen!!!!! y que me alegro de haberte conocido este año y por cierto gracias por lo de ayer jeje.(RR.PP) y que te lo pases debuty este veranito. Muakkkkkkkkkkkk.
Lydia

Marduk dijo...

Profundidad.