martes, agosto 28, 2007

Veintidós años. Deportista. Toda una vida por delante que, sin previo aviso, se desvaneció. Hoy su corazón no resistió por más tiempo, y aquel joven lleno de ilusiones y metas que alcanzar, falleció.


Da tanto que pensar...




Y yo decido vivir intensamente cada minuto que me quede de vida, una vida frágil y corta que, por mucho que intentes aferrar a tu puño, en el momento menos pensado y, probablemente, más inoportuno, se te escurre entre los dedos.
Me atrevería a llamarlo injusto, aunque la muerte nunca es justa. O casi...