miércoles, septiembre 24, 2008

Barras de bar

Balanceó su vaso bajo y ancho, mientras observaba el tintineo de los hielos a medio derretir y se deleitaba en el efecto calmante que poco a poco le iba invadiendo. Su aspecto taciturno alejaba a todo posible moscón, su posición codo en barra horrorizaba a las féminas que posaban la vista en ella. Pero ella ignoraba cualquier mirada, cualquier cosa que no fuera su vaso bajo y ancho de whisky con tres hielos.

-Oye, chica, ¿qué haces aquí sola bebiendo whisky? - cierto especimen gamba en boca osó entrometerse en su monólogo interior-.

-No es whisky, es morfina - se oyó contestar-. Y ahora lárgate.

Debería haber ido al tugurio del barrio, pensó.




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