miércoles, mayo 23, 2007

La angustia habita en la boca de mi estómago. No me deja pensar, no me deja ser. Ni siquiera soy digna de saber el porqué...

Porque no sé lo que merezco,
no sé mantener lo que tengo,
no sé a veces quien soy
ni entiendo cómo me siento.

Querer casi nunca es poder,
y por más que a veces lo intento,
no se puede pretender
que los demás entiendan lo que yo no veo.

Y no hay más que decir,
tan sólo hacer un nuevo intento
por entenderme a mí misma un poco mejor,
por arreglar lo que yo misma estropeo...


Cállate. Deja de quejarte de una vez. Y deja de esconder tus lágrimas bajo el humo de tabaco. Si no aprendes a dejarlas nacer en libertad, sólo conseguiras que te opriman el corazón hasta inundarlo de soledad.

No, no te lo mereces. No se lo merecen...

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