
Cada año me cuesta más soportar estas fechas de felicidad plastificada y consumismo masificado. Con tanto villancico sonando por todas partes y una mañana entera escuchando a varios imberbes gritar mil eeeeuroooos!! es mi cabeza la que termina como un bombo. De acuerdo, suena hostil. Pero es lo que hay.
Además, hace frío. Y todos acabamos empufados hasta las cejas por comprar tanto regalito y tanto modelito de nochevieja. Eso sin contar los viajes para ver a la familia, el estrés y la incompatibilidad de horarios.
Con lo que a mi me gusta dormir, me encantaría poder invernar cual oso. Al menos desde mediados de diciembre hasta bien pasadas las fiestas...
2 comentarios:
es como si hubieras leido mi pensamiento, yo tambien quiero hibernar en ocasiones, te seguire leyendo
ya lo dijo el Melendi, la navidad la inventó el corte inglés, ja ja.
creo lo mismo.
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